Año: 2020
Autor: Gobierno de España. Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil
Lugar de Edición: Madrid
Editorial: Gobierno de España. Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil
Año de edición: 2020
Páginas: 5 p.
Idioma: Español
Fuente: Gobierno de España. Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil
Formato: Electrónico
Temáticas: Pobreza y exclusión social
Otras temáticas: pandemia
Descriptores: pobreza, desigualdad social, discriminación social, vulnerabilidad, COVID-19
Resumen:
La crisis social y sanitaria del COVID19 plantea un reto sin precedentes para el bienestar de la infancia en España y, en particular, de aquella en riesgo de pobreza y exclusión social. Varios estudios y organismos, como por ejemplo la Comisión Europea y la OCDE, ya alertan que la crisis está teniendo una mayor incidencia en hogares con niños, niñas y adolescentes (NNA).
Los NNA se enfrentan a un periodo excepcional, tras meses de confinamiento que han cambiado de forma radical su vida cotidiana, principalmente debido al cierre de los centros educativos. La escuela es difícilmente sustituible como elemento de socialización y como mecanismo compensador de las desigualdades. No obstante, existen posibilidades para abordar los retos de la infancia más vulnerable durante el periodo estival.
Desde el Alto Comisionado para la Lucha contra la Pobreza Infantil ofrecen algunos elementos de diagnóstico, así como las siguientes recomendaciones:
1. Cubrir el total del coste de la tasa o matrícula para la infancia más vulnerable en programas de calidad abiertos a toda la población infantil.
2. Facilitar la conciliación familiar y laboral y la corresponsabilidad, procurando horarios adaptables a las distintas jornadas laborales de los padres, madres o tutores y la mayor extensión durante el periodo estival.
3. Asegurar un equilibrio adecuado entre el componente de ocio, actividad física y educativo, con incidencia en el refuerzo de competencias básicas, en particular las digitales.
4. Garantizar el derecho a la alimentación saludable durante todo el periodo estival, sea integrado en los programas o como servicio complementario.
5. Proporcionar apoyo socioemocional y establecer protocolos de detección de situaciones de riesgo psicosocial.
6. Garantizar la seguridad siguiendo las indicaciones y recomendaciones de las autoridades sanitarias.
7. Potenciar la coordinación y colaboración entre actores públicos y privados para maximizar la cobertura y la complementariedad de los programas.