Año: 2007
Autor: Ariza Alfaro, Alfredo
Otros autores: Ugidos Olazábal, Aranza
Título revista: Actualidad
Año; mes; volumen; (nº): págs de la revista: 2007;
(16)
Idioma: Español
Fuente: Centro de Estudios Andaluces (CEA)
Formato: Web
Temáticas: Red familiar, Trabajo
Descriptores: baja por maternidad, condiciones de trabajo, contrato de trabajo, salario, trabajo, renta, fecundidad, maternidad
Resumen:
España es hoy día uno de los países con menores tasas de fecundidad del mundo (2,1 hijos por mujer). La situación es tal que, tanto en España como en Andalucía, la tasa ha caído desde los tres hijos por mujer hasta situarse ligeramente por encima de los 1,2 hijos de media a finales de los años 90. En consecuencia, se ha generalizado un retraso considerable en la edad a la que se produce el primer alumbramiento, pasando de los 24 años de media a fines de los 70, a cerca de los 30 en nuestros días.
Hoy en día, la media del primer nacimiento está por encima de los 30 años, en lo que ha incidido la mayor presencia de la mujer en el mercado laboral. Por encima de los 25 años, la actividad femenina se ha triplicado prácticamente, lo que no obsta para que el desempleo se haya cebado con las féminas, sobre todo con las más jóvenes.
En el presente estudio que publica el Centro de Estudios Andaluces, los profesores Alfredo Ariza y Aranza Ugidos analizan la relación entre el descenso de la fecundidad y la situación laboral de las mujeres en el año previo a tomar la decisión de tener el primer hijo. Los autores se fijan en el efecto de los salarios y las rentas del hogar sobre la decisión de la maternidad, y los resultados se aplican tanto a España como a las comunidades autónomas, con especial detenimiento en el caso andaluz, al objeto de poder dilucidar si deberíamos esperar una caída aún mayor de las tasas de fecundidad a medida que las tasas femeninas de actividad se sigan incrementando.
Entre las conclusiones, se señala que la decisión de tener el primer hijo está posiblemente muy relacionada con la situación de la mujer en el empleo y su estabilidad; y se ha documentado que las trabajadoras por cuenta propia tienen menor probabilidad de tener el primer hijo que las trabajadoras indefinidas. Asimismo, una mayor educación reduce la probabilidad de tener el primer hijo. Con respecto a los salarios y rentas, la remuneración potencial afecta positivamente a la probabilidad de entrada a la maternidad.
Como era de esperar, el sondeo realizado confirma que una mayor estabilidad laboral afecta positivamente a la probabilidad de tener el primer hijo. Estar inactiva o desempleada reduce la probabilidad de la maternidad, y tener un contrato temporal o estar autoempleada también resta ganas. Y un resultado más: dadas las altas tasas de desempleo en jóvenes y mujeres, el incremento del salario femenino por maternidad podría ayuda a las mujeres a decidir tener su primer hijo. De establecerse ayudas, éstas serían mucho más efectivas para las embarazadas no casadas, ya que el incremento de rentas provocaría un efecto renta mucho más positivo que para el colectivo que cuenta con una renta adicional en el hogar.
Los autores finalizan su trabajo señalando que las ayudas a la maternidad a través de subvenciones en metálico deben ser muy superiores a las actualmente existentes en relación al salario ganado por la mujer, de modo que estas ayudas tengan un efecto apreciable en la probabilidad de tener el primer hijo, y ello tanto en el caso de España como en el de la comunidad autónoma andaluza.