¿Podría referir las causas que han motivado la realización del estudio 'Evaluación del riesgo psicosocial en las familias usuarias del sistema público de servicios sociales de Andalucía'?
En el contexto de los Servicios Sociales del Sistema Público era frecuente que los profesionales hablaran con frecuencia de la carencia de instrumentos de evaluación validados con población española para la evaluación, seguimiento y ayuda a las familias en riesgo.
La creación de los Equipos de Tratamiento Familiar por la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social y su amplio desarrollo desde al año 2000 han favorecido un contexto de formación, investigación y revisión de las intervenciones y tratamientos familiares muy notorio. Estas experiencias formativas mostraron la necesidad de contar con instrumentos validados para la evaluación y seguimiento de las actividades de atención a los menores y sus familias. La creación de una red de profesionales dedicados específicamente a la atención a las familias en riesgo favoreció la implementación del estudio, así como su posterior difusión. En nuestro país es muy necesario el desarrollo de estudios sobre evaluación de los sistemas familiares. Las pruebas existentes normalmente no están validadas con población española y existen muy pocas que midan relaciones familiares. En este sentido la principal motivación del estudio estuvo en la necesidad de contar con pruebas validadas en nuestro entorno y facilitar a los profesionales un perfil de riesgo de las familias para ayudar en la evaluación y ayuda a las mismas.
¿Cuál es la concepción de riesgo psicosocial en las familias que se ha utilizado en el estudio?
En general incluimos en el estudio dos concepciones complementarias sobre el riesgo. Consideramos en primer lugar el riesgo como la probabilidad futura de recibir un daño y al mismo tiempo sumamos la idea de las carencias y déficits en la atención a las necesidades de los menores. Así mismo hemos pretendido incluir las propuestas sobre el bienestar infantil y la calidad de vida de los miembros de la familia. Podríamos decir que desde una óptica ecosistémica el concepto de riesgo psicosocial debe incluir factores parentales, del propio menor, de la relación entre ambos y por supuesto del marco social y comunitario en el que vive la familia.
¿Existe un patrón o un perfil de riesgo psicosocial de las familias usuarias de los servicios sociales públicos?
No podemos hablar de un perfil claro de riesgo, aunque si podríamos decir que existen algunos índices que colaboran en el aumento del riesgo en las
familias. Así por ejemplo, las familias en las que los cuidadores principales tienen parejas inestables, bajos ingresos, escasos estudios, trabajos
esporádicos y cierta cronificación en la utilización de los servicios sociales obtienen peores resultados en las Escalas de Bienestar Infantil. Es
importante destacar que los perfiles en los diferentes servicios son parecidos, lo que realmente cambia en la cantidad o disminución de los recursos. Es
decir, no podríamos hablar de un solo perfil diferencial de las familias en riesgo, pero si de determinadas características que en términos de carencia
aumentan el riesgo. Al mismo tiempo es importante señalar que para el trabajo intensivo con las familias el perfil es solamente una guía para tomar
decisiones estratégicas porque a la hora de la verdad cada familia es única y el mandato ético principal es adaptarse a su estilo, necesidades y tratar
de conseguir una pronta alianza que pueda colaborar en el cambio del sistema de forma que impida el desarrollo de síntomas disfuncionales. Los perfiles
generales de estas familias ayudan a las administraciones a conocer las realidades sociales en las que se encuentran y sirven para tomar medidas en todos
los niveles de prevención.
¿Cuáles son los factores e indicadores de riesgo social que permiten detectar situaciones de vulnerabilidad y/ o maltrato familiar e infantil?
El riesgo de vulnerabilidad familiar y de maltrato a los menores se puede detectar al observar conductas más o menos llamativas que se dan en contextos educativos, sanitarios y comunitarios con los que los miembros de los sistemas familiares tienen contacto. Así por ejemplo, la crítica reiterada a los menores o del progenitor varón a la madre, las discusiones constantes de los progenitores, la indiferencia hacia los niños/as, el autoritarismo, la rigidez, la sobreprotección, la utilización de castigos severos, los trastornos psicosomáticos de los menores, entre otros muchos índices pueden hacernos pensar en que el sistema familiar puede estar en riesgo. Existen múltiples listados de factores de riesgo que aumentan la vulnerabilidad de los sistemas familiares. Lo importante es que todos los profesionales que tienen contacto directo con familias y los menores, tanto desde los sistemas educativos, sanitarios, laborales, entre otros, sean sensibles al dolor "visible e invisible a veces", de los miembros de los sistemas familiares y tengan una actitud firme contra el maltrato de cualquier persona hacia otro ser humano. Al mismo tiempo nos parece muy importante que mantengamos una postura de ayuda sin dejar de destacar la responsabilidad de los adultos en el cuidado y protección de los menores.